10/08/2014
El trabajo ha sido una constante en la existencia humana desde tiempos inmemoriales, aunque su significado y valor han experimentado transformaciones radicales a lo largo de la historia. No es solo una actividad económica, sino un pilar fundamental de la sociedad, la identidad individual y el desarrollo.
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Inicialmente, en la antigüedad, el trabajo manual a menudo se asociaba con la penuria y se consideraba limitante de la libertad, propio de esclavos y campesinos. La verdadera libertad se veía en el ocio y la contemplación. Sin embargo, la Edad Media trajo un cambio, otorgando valor moral al esfuerzo físico, influenciado por la Iglesia católica. Actividades como el comercio y la gobernanza, que no implicaban esfuerzo físico, eran a veces subvaloradas.

La Evolución del Concepto de Trabajo
Con el declive del feudalismo y el auge de las ciudades, el concepto de riqueza se desplazó de la posesión de tierras al dinero obtenido del comercio y los salarios. Este cambio marcó el inicio de la Edad Moderna (siglos XV-XVIII). El trabajo comenzó a ser visto como una actividad valiosa, y el ocio, relacionado con la pereza, fue despreciado. El descubrimiento de América en 1492 tuvo un impacto significativo, revitalizando sistemas como la esclavitud en las colonias, donde coexistían culturas nativas con sus saberes ancestrales y colonizadores que imponían sus propias estructuras laborales, a menudo basadas en la servidumbre y el trabajo forzado. La encomienda y la esclavitud africana se instauraron para proveer mano de obra en plantaciones.
El Renacimiento (siglos XV-XVI) en Europa Occidental vio el ascenso de los mercaderes y dueños de industrias, redefiniendo la ética y la virtud. El trabajo se asoció con la dignidad y la riqueza con una vida laboriosa bendecida. Entre los siglos XVI y XVIII, la idea de “hacer trabajar” o “emplear” y la contraprestación en dinero se consolidaron a medida que las sociedades migraban del campo a las ciudades industrializadas. Las organizaciones crecieron, se jerarquizaron, y los artesanos a menudo trabajaban para intermediarios. La división del trabajo por países también emergió, beneficiando a naciones colonizadoras con las riquezas de las colonias.
La Revolución Industrial, a finales del siglo XVIII, transformó radicalmente el trabajo. La producción industrial superó a la artesanal, imponiendo el trabajo asalariado en las ciudades. La Revolución Francesa (1789) marcó el fin del feudalismo y elevó a la burguesía, dueña de los medios de producción. Las fábricas organizaron a trabajadores y máquinas en grandes edificios, con jerarquías y horarios definidos.
Pensadores como Adam Smith (siglo XVIII) afirmaron que el trabajo es la fuente de toda riqueza y la división del trabajo el medio para aumentarla. Karl Marx (siglo XIX) definió el trabajo como una actividad exclusiva del hombre que desarrolla el intelecto y transforma la naturaleza para satisfacer necesidades, siendo la base de la apropiación y el resultado del esfuerzo humano. Marx introdujo conceptos como la "fuerza de trabajo" y la "plusvalía" para explicar la explotación en el capitalismo industrial, donde el trabajo se volvió abstracto debido a la división de tareas y el trabajador no veía el producto final completo. Las condiciones de trabajo eran a menudo extremas (jornadas de hasta 18 horas, explotación infantil), lo que impulsó la organización de los primeros sindicatos.
El siglo XX trajo consigo el reconocimiento de derechos laborales: salario por esfuerzo (no solo producto), importancia del trabajo para la riqueza nacional, carácter mercantil de la mano de obra (salario), días de descanso, vacaciones pagadas y la articulación del trabajo con los derechos humanos fundamentales. Figuras como Taylor propusieron la “organización científica del trabajo”, enfocada en el control del obrero y la productividad, lo que a veces resultaba en un trabajo alienante. Otros, como Friedman, cuestionaron la visión básica del trabajo, destacando la capacidad humana de transformar la naturaleza según conveniencia. Gorz consideró que el trabajo, tal como lo conocemos, es una invención de la modernidad.
Las Naciones Unidas, en 1969, definieron el derecho al trabajo como “la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo elegido o aceptado libremente”, considerándolo fundamental para una vida digna y un medio para satisfacer necesidades materiales y obtener bienestar. El concepto de trabajo se amplió para incluir no solo el remunerado, sino también el trabajo comunitario, independiente, por cuenta propia, etc. Además, el trabajo intelectual cobró especial fuerza, y la producción inmaterial (servicios como salud, educación) se sumó a la de bienes materiales.
El Trabajo en la Sociedad Postindustrial y en Latinoamérica
La sociedad actual se describe a menudo como postindustrial, centrada en la adquisición de conocimiento y la producción de servicios además de bienes. La invención del computador personal e Internet revolucionó aún más el mercado laboral. Esta “sociedad del conocimiento” requiere que las personas usen su capacidad de reflexión y observación, adaptando principios de organización del trabajo hacia modelos con más autonomía para el trabajador, medidos por capacidad mental más que destreza manual.
En Latinoamérica, el siglo XX significó la entrada al mercado mundial con formas de capitalismo dependiente. Se impusieron leyes contra tierras improductivas, hubo expropiaciones y migración masiva de trabajadores del campo y la minería hacia las nacientes industrias, dando origen al trabajador asalariado. La inmigración europea también reestructuró la sociedad. Las primeras organizaciones obreras surgieron para luchar contra condiciones precarias y bajos salarios. La organización del trabajo se basó en modelos jerárquicos de control, aunque con el tiempo se incorporaron elementos de la división del trabajo para aumentar la productividad.
La incorporación masiva de la mujer al mercado laboral en la región se dio de manera desigual, inicialmente en sectores de baja calificación, y luego en manufactura a finales del siglo XX, ligada al aumento de escolaridad. El modelo de “sustitución de importaciones” buscó fomentar la producción interna de bienes primarios y manufacturados básicos, limitando la importación a bienes de capital para fortalecer la industria local. La aplicación de este modelo varió por país (Argentina, México, Brasil).
A finales del siglo XX, la corriente neoliberal, que retoma preceptos clásicos de autorregulación del mercado, influyó fuertemente en la región. Esto llevó a la flexibilización laboral, donde la relación trabajo-capital se ajustaba a las fuerzas del mercado, con la oferta y demanda de trabajo determinando salarios y puestos. Se asumía que el mercado de trabajo se ajustaría solo, sin intervención estatal. Esto a menudo resultó en una reducción de la calidad de vida de los trabajadores, aumento de la subcontratación y reformas a la seguridad social y negociación colectiva.
La Sociología del Trabajo en América Latina surgió para analizar estos cambios, estudiando la incorporación de nuevas tecnologías (a menudo con procesos intensivos en mano de obra), nuevas formas de organización del trabajo (con mayor empoderamiento del trabajador, pero sin ceder control estratégico por parte de empresarios) y la flexibilización laboral con la pérdida de derechos. Los Nuevos Estudios Laborales analizaron la flexibilización, cambios tecnológicos y nuevas formas de producción, incluyendo la teoría de la dependencia.
El Trabajo y el Bienestar
En los últimos años, la cuestión del bienestar en el lugar de trabajo ha cobrado una importancia estratégica. Mejorar la calidad de vida en el trabajo no es solo un acto de buena voluntad, sino una poderosa palanca para impulsar el rendimiento empresarial. El bienestar va más allá de la salud física y mental; se refiere a un sentimiento de profunda satisfacción y realización en relación con el entorno laboral y la vida personal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define como un estado de armonía entre las aptitudes, necesidades y aspiraciones del trabajador y las obligaciones y oportunidades de su entorno profesional.
Importancia del Bienestar en el Trabajo
Promover el bienestar tiene múltiples beneficios:
- Mejora la productividad general.
- Reduce accidentes y absentismo laboral (hasta 25% según estudios).
- Construye una cultura corporativa y marca empleadora fuertes.
- Atrae y retiene talento.
- Reduce el riesgo de rotación de personal.
- Refuerza la cohesión del equipo.
Estudios indican que empleados más motivados (más del 60%) y con mayor bienestar gastarían menos en salud (25% menos) y serían significativamente más productivos (12% al 31% de aumento) y creativos (55% más).
| Indicador | Impacto del Bienestar |
|---|---|
| Motivación | Aumenta (más del 60%) |
| Absentismo | Reduce (hasta 25%) |
| Gastos de salud | Reduce (hasta 25%) |
| Productividad | Aumenta (12% - 31%) |
| Creatividad | Aumenta (hasta 55%) |
Responsabilidad Compartida
El bienestar en el trabajo es responsabilidad de todos:
- El Director General: Establece el equilibrio entre estrategias, objetivos financieros e intereses de los empleados. Prioriza el bienestar como desarrollo de capital humano.
- Recursos Humanos: Desarrolla e implementa acciones, identifica puntos sensibles y sugiere mejoras usando indicadores.
- Departamento de Comunicación: Transmite información e iniciativas, difunde valores corporativos.
- Director de Oficina: Crea un entorno físico agradable (mobiliario, espacios, luz natural, colores, ventilación, zonas de descanso).
- Empleados: Adoptan las soluciones, informan preocupaciones y sugieren mejoras.
Acciones para Mejorar el Bienestar
Se pueden adoptar diversas medidas:
- Invertir en infraestructura: Crear espacios estéticos, confortables, con luz natural, colores inspiradores, buena ventilación. Incluir zonas de descanso, juego o ejercicio.
- Crear un ambiente propicio: Fomentar la convivencia, interacción y cohesión (decoración cálida, actividades, pausas más largas, gestión colaborativa).
- Detectar riesgos psicosociales: Estar atento a signos como irritabilidad, aumento del absentismo, mal ambiente, conflictos. Usar tests de motivación o personalidad.
- Hablar con los equipos: Fomentar la comunicación abierta, realizar encuestas de satisfacción. Crear un espacio seguro para hablar de salud mental.
- Explorar la voz de las plantas: Su presencia mejora la concentración, purifica el aire, regula la temperatura y embellece el entorno.
- Fomentar el deporte: Promover la actividad física para reducir el estrés y mejorar la salud (sesiones internas/externas, competiciones).
- Centrarse en la alimentación: Concienciar sobre hábitos alimentarios saludables.
- Ofrecer reconocimiento: Recompensar el compromiso y el trabajo ejemplar (incentivos, promociones, mejoras salariales, recompensas no económicas).
- Promover las vacaciones: Animar a los empleados a tomarse sus días libres para descansar.
Existen herramientas y software específicos para apoyar estas acciones, como herramientas de evaluación de calidad de vida laboral, software de reconocimiento, de comunicación interna, de compromiso de empleados, de gamificación y de autogestión.
Preguntas Frecuentes sobre el Trabajo
¿Qué es el trabajo?
Es una actividad fundamental del ser humano que implica la transformación de la naturaleza o la provisión de servicios para satisfacer necesidades, generar riqueza y contribuir al desarrollo individual y social. Ha evolucionado de ser principalmente físico a incluir actividades intelectuales y de servicio.
¿Cuál es el objetivo del trabajo?
El objetivo es múltiple: satisfacer necesidades materiales, generar utilidad y bienestar, proporcionar dignidad y realización personal, ser la base de la riqueza de una nación y un medio para participar plenamente en la sociedad.
¿Por qué es importante y necesario el trabajo?
Es necesario para la subsistencia individual y colectiva, el desarrollo económico y tecnológico de la sociedad, la estructuración social y para otorgar un sentido de propósito, dignidad y pertenencia al individuo.
¿Qué es el bienestar en el trabajo?
Es un estado de satisfacción y realización que un trabajador experimenta en su entorno laboral, caracterizado por la armonía entre sus capacidades, necesidades y aspiraciones, y las condiciones y oportunidades que le ofrece su empleo.
¿Cómo influye el bienestar en la productividad?
El bienestar está directamente relacionado con una mayor motivación, menor absentismo, mejor salud, aumento de la concentración, la creatividad y, en consecuencia, un incremento significativo en la productividad individual y general de la empresa.
¿Quién es responsable del bienestar en el lugar de trabajo?
Es una responsabilidad compartida. Involucra a la alta dirección (CEO), los departamentos de Recursos Humanos y Comunicación, los responsables del entorno físico (Director de Oficina) y los propios empleados.
Conclusión
El trabajo, en su rica y compleja evolución histórica, se reafirma hoy no solo como una necesidad económica o social, sino como un derecho fundamental y un componente esencial de la vida humana que otorga dignidad y posibilita el desarrollo. En la era actual, la atención al bienestar en el entorno laboral se ha vuelto crucial, reconociendo que un trabajador satisfecho y saludable es la base de la productividad, la innovación y el éxito tanto a nivel individual como colectivo. Entender esta profunda conexión es clave para construir un futuro laboral más justo y próspero.
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